Todo pasa bajo la rueda, te lleva, avanzas, descansas mientras vas llegando, pero todo pasa también bajo ella. La rueda te coge y no te suelta. Nos ha cogido a todos la rueda, y desde siempre nos ha hecho llegar o distanciarnos más.
La rueda nació de nuestro trabajo y se ha quedado atada. Nos da la comida, a veces la única comida del día; y su sonido al rodar puede ser en ciertos momentos la única compañía. Hoy para muchos es un sustento directo de su día a día, tan anónima cómo un órgano donado a media noche.
Asumo su necesidad diaria cómo leitmotiv para este “mini_reportaje”. Es claro que para algunas de las personas que aparecen en el reportaje, es una larga racha de días pobres, días desalentados, también de dolor y soledad. Y veis la rueda llevándolas al siguiente día.
(Publicado en distopicos.es)